La principal fuente de afecto y educación de los niños es la familia. Aprenden a socializarse respetando valores, normas y comportamientos que han aprendido en el hogar. Evitemos que nuestra casa se convierta en un escenario violento y hostil o por el contrario demasiado permisivo (puede contribuir a que sus hijos adquieran conductas agresivas).

Es labor de los padres que los niños integren valores, respeto y compromiso entre otros. Es por esto que la familia debe, entre otras muchas cosas:

  • Fomentar un ambiente de respeto e igualdad.
  • Abrir vías de comunicación en un ambiente relajado, seguro y de confianza.
  • Ser consistentes y estables con las normas, premios y castigos.
  • Quitar atención a las conductas inapropiadas o agresivas y darla cuando lo hace bien.
  • Integrar la importancia de las relaciones de amistad sanas.
  • Poner a los menores en situaciones donde tenga que resolver problemas cotidianos.
  • Participación en actividades preventivas desarrolladas por la escuela (reuniones, círculos de lectura, convivencias y actividades recreativas y deportivas).
  • Relación cercana y periódica con la maestra titular para intercambiar información sobre la conducta del niño.
  • Comunicación cotidiana con los hijos, prestando atención a menciones extrañas o inusuales.
  • Conocer a compañeros e identificar a sus amigos.
  • Dedica tiempo a observar y a pensar sobre ello, si trae golpes o la ropa rasgada, investigar la situación de origen; revisa sus pertenencias (con su autorización), verificando si falta algo, o si sobra algo; Si nos enteramos de alguna situación anómala, reportarla a los maestros, a través de canales formales, no iniciar rumores no confirmados entre las demás familias.
  • Monitorear su estado de ánimo, deseos y resistencias para asistir a la escuela.
  • La familia no debe descuidarse en cuanto a la información. Existen cursos en donde se orienta a los padres sobre como mantener alejados a sus hijos del acoso (comunicación entre padres e hijos, la observación para detectar de forma inmediata cualquier tipo de conducta disfuncional, existir límites y normas…). Estos cursos le dan atención especial a la inteligencia emocional enseñando a los padres a ayudar a sus hijos, a controlar sus emociones y comportamientos hacia los demás de manera que puedan convivir sanamente.

 

Maleni Sánchez Litrán

Psicopedagoga y Educadora Social. Nº colegiado 1275

Área de Orientación familiar. Centro Matices.