El ser creativo es una habilidad que desde que somos pequeños se debe fomentar, ya sea desde la escuela, la familia o la sociedad en general. El tener desarrollada la creatividad nos ayudará también a mejorar nuestra propia autoestima y ganar en seguridad. Así, si tenemos mayor seguridad y confianza en nosotros mismos podremos expresar o realizar fácilmente todas aquellas ideas creativas e ingeniosas que se nos ocurran, sin temor o sin pensar en lo que el resto de las personas puedan pensar. Pero además de la relación que tiene la creatividad con el desarrollo personal, podemos hablar del enriquecimiento cognitivo que implica el fomento de la creatividad desde infantil.
En palabras de De Bono, “Educar en la creatividad, es educar para el cambio y formar personas ricas en originalidad, flexibilidad, visión futura, iniciativa, confianza, amantes de los riesgos y listas para afrontar los obstáculos y problemas que les van presentando en su vida académica y cotidiana, además de ofrecerles herramientas para la innovación” (De Bono, 1994).
Al principio, hemos indicado que la creatividad debería ser fomentada por la familia, la escuela y por la sociedad en su sentido más amplio. Pues bien, desde Centro Matices queremos daros pequeñas ideas para que desde casa o desde la escuela si sois maestros, de forma sencilla podáis favorecer el desarrollo de la creatividad en los menores:
- Jugar a actuar, hacer pequeños teatros donde se aborden determinadas situaciones que ayuden al menor a crecer y aprender para la vida. Por ejemplo, escenificar una escena de peligro y aportar herramientas y recursos a su hijo para que aprenda a afrontar situaciones de este tipo.
- Iniciar una historiay que el niño sea quien la continúe. También, se puede incorporar para aumentar la complejidad pequeñas interrupciones con aportaciones a la historia para que el menor tenga que volver a inventarse algo novedoso.
- Cambiar el curso de un cuento o de una historia conocida y hacerles preguntas guías para ayudarlo a dar otra forma al cuento o historia.
- Hacerle preguntas para favorecer el dar su propia opinión, como por ejemplo, ¿qué te parece si después de las clases de inglés vamos a comprar?
- Jugar a preguntas y respuestas para desarrollar la comunicación.
- Cambiar las normas de un juego. Jugar a un determinado juego conocido y pedirle que se invente otra forma de jugar, o realizar una tarea que sabe hacerla y proponerle que la haga de forma diferente, como más le guste.
- Entregar papel en blanco y que pinten, escriban o hagan lo que deseen. También se le puede facilitar los materiales para hacerlos como por ejemplos pintura para dedos o rotuladores.
Maleni Sánchez Litrán
Psicopedagoga y Educadora Social. Nº colegiado 1275
Área de Orientación familiar. Centro Matices.