A lo largo de nuestra experiencia profesional, muchas han sido las ocasiones en las que las familias nos preguntan sobre cómo conseguir que su hijo duerma solo. Por eso, vamos a dar algunos consejos útiles para conseguir que vuestro hijo adquiera el hábito de una forma adecuada, evitando así que la noche sea un momento de intranquilidad y nerviosismo.

El que un niño ponga resistencia a dormir solo, afecta a toda la unidad familiar y por ello, debemos aunar esfuerzos para alcanzarlo y muy importante, ir todos en la misma línea sin que haya fisuras entre algunos miembros que pueda ser utilizada por el menor para “salirse con la suya”.

Nuestros consejos son:

  1. Enséñale a diferenciar el día y la noche para dormir. Así, entenderá que cuando llegue la noche llega el momento de irse a la cama y dormir. Ya lo decía Ralph Waldo Emerson, “Jamás ha habido un niño tan adorable que la madre no quiera poner a dormir”.
  1. La habitación donde duerma el menor debe tener una temperatura buena, ni frío ni calor. Lo ideal y según expertos, debe estar ambientada entre 17 y 20 grados. Así, crearemos un ambiente agradable y tranquilo, por lo que será más propicio para el sueño.
  1. Déjalo en su cuna o cama cuando observes que tiene sueño, mejor acostarlo cuando aún esté despierto para que adquiera el hábito, y que en caso de que se despierte a media noche sepa que está en su cama y habitación. Si lo acostamos ya dormido, el menor no sabrá exactamente qué fue lo que pasó pues, sus últimos recuerdos eran en el sofá viendo la televisión o en la cama de los padres mientras le leían un cuento. Esto puede hacer que nuestro hijo se asuste, se ponga nervioso y perciba su cama como algo inseguro.
  1. Establece en la medida de lo posible la misma rutina diaria. Por ejemplo, una vez que llegamos a casa tras ir al parque o salir a hacer compras con la familia, el niño sabe que tendrá un tiempo de juego, y luego se duchará para cenar e irse a la cama. Una vez cenados, los niños irán a la cama para que se le lea un cuento. Esto es sólo un ejemplo pues dependerá de cada niño, de cada familia. Puede ser muy útil realizar con la colaboración de los pequeños un cuadrante en el que el menor vea con dibujos y de forma clara lo que viene detrás de cada actividad y cuando es el momento de ir a la cama:                                           dibujo
  1. Antes de dormir, evita juegos o actividades que de partida sabemos que lo activan. Lo que sí es aconsejable, es ejercicios de relajación o actividades que sepamos que van a llevar a nuestro hijo a un estado de calma. Esto depende de cada niño, hay niños que con la televisión se relajan y otros que por el contrario, se activan.
  1. Si tu hijo se despierta en mitad de la noche, ve a calmarlo pero nunca lo cojas ni lo saques de la cuna o de la cama. Podrás darle la mano, acariciarle, cantarle algo que le relaje… Y todo con calma y tranquilidad, lo que menos necesitan es que nosotros también estemos nerviosos.
  1. Ante la resistencia a irse a la cama, no prestar atención y ser constante. Al principio pondrá más resistencia pero si desde el inicio le enviamos el mismo mensaje, él entenderá que el momento de irse a la cama es inevitable por mucho que intente sortearlo.
  1. Evita meterte en su cama para que se duerma pues si se despierta en mitad de la noche y no nos tiene al lado se sentirá «abandonado», y esto incrementará su tensión e inseguridad.
  1. Flexibilidad y paciencia, estas deben ser vuestras mejores amigas para conseguir que el irse a dormir solo no suponga trauma alguno ni para padres ni para hijos. Flexibilidad en casos excepcionales y paciencia, pues al principio probablemente dormiremos bastante menos y estaremos más cansados pero conforme adquiera el hábito, todo volverá a calmarse y empezaremos a descansar de nuevo y a volver a nuestra rutina habitual.
  1. No te alteres, tu hijo intentará “ponerte a prueba” y hará todo lo posible para evitar irse a la cama cuando tú se lo digas. Por eso, mantente firme y si ves que el momento de dormir se alarga demasiado, pon una consecuencia a su comportamiento y así entenderá, que su comportamiento es inadecuado.

 

LA CAMA ES BUENA COSA: QUIEN NO PUEDE DORMIR, REPOSA.

 

Maleni Sánchez Litrán

Psicopedagoga y Educadora Social. Nº colegiado 1275

Área de Orientación familiar. Centro Matices.