Sois muchas las familias que nos demandáis pautas para que vuestros hijos e hijas se pongan a realizar las tareas escolares o estudiar con autonomía. Hay un gran número de personas adultas que reconocen su desesperación ante la falta de implicación de sus hijos e hijas en la rutina académica diaria así como, la escasa o nula organización, la dificultad para mantener la atención y concentración, la nula gestión del tiempo o la frustración ante la complejidad de las actividades.

No obstante, aunque nos preocupe esta cuestión debemos ser personas objetivas y críticas, reflexionar sobre qué hacemos para fomentar su autonomía y cómo presentamos las actividades y tareas a realizar. A veces, por el propio ritmo de vida que llevamos, caemos en el error de darle solución a sus problemas, de decirle cómo deben organizarse, adelantarnos a sus respuestas… Por ello, desde Centro Matices queremos trasmitiros algunas orientaciones para que la rutina académica sea lo más positiva posible:

  • Pauta un horario y un sitio fijo para realizar los deberes: Es importante establecer un horario concreto, que sea en la medida de lo posible siempre el mismo, y una vez pasado el tiempo, no permitir que se hagan. Si los lleva sin terminar el equipo educativo le pondrá la consecuencia pertinente y, de esta manera, se irán autorregulando a través de su propia experiencia.
  • No te sientes a realizar las tareas escolares: Tu hijo o hija debe ser quien se enfrente a la tarea, de este modo estaremos trabajando en su autonomía y en su autoestima al superar sus dificultades por sí y al realizar las tareas de forma correcta. Nuestro papel como personas adultas referentes consiste en ofrecerles el espacio y el tiempo necesario para que realicen sus tareas. Lo que si resulta positivo es asegurarse previamente de que comprenden lo que tienen que hacer, así como recordarles nuestra presencia y apoyo cuando no les es posible avanzar aun empleando recursos y herramientas de apoyo y guía (diccionario, enciclopedia, calculadora…).
  • Usa las tareas escolares como una oportunidad para aprender: Presentar las tareas escolares como una obligación para después poder ir al parque o ver la televisión no siempre es lo más adecuado. Está bien por ejemplo, premiarles con una recompensa externa (no material) como realizar una actividad lúdica juntos, pero a medida que van creciendo la motivación debe ser intrínseca. Debemos ser sus referentes y mostrarles nuestra satisfacción por el trabajo bien hecho, trasmitirles el placer de la lectura o la pasión por el aprendizaje.
  • Premia sus esfuerzos y no castigues las malas notas: Una buena nota o un buen resultado, es motivo de elogio, sobre todo cuando va en sintonía al esfuerzo realizado. Sin embargo, cuando aparece una mala nota nuestra reacción debe ser de análisis, de reflexionar sobre qué puede haber sucedido y cómo podemos subsanar esos errores para la próxima vez. El esfuerzo, el compromiso, la superación… siempre deben ser elogiados, independientemente del resultado.
  • Y, por último pero no por ello menos importante… ¡Calma! En el momento crítico de ponerse a realizar las tareas, dirígete a tu hijo o hija con un lenguaje calmado y positivo. Recuerda que nuestras palabras pueden alentarle a realizar las actividades de un modo relajado y confiado o, por el contrario, provocarle presión y rechazo ante la tarea.

 

Laura López Moreno

Psicóloga Nº Colegiado AN09725

Área de Orientación familiar. Centro Matices.