Ante la llegada de un nuevo miembro en la familia, los padres además de pensar que sus hijos se beneficiarán aprendiendo unos de otros, sienten inseguridad de que se enfrenten y surjan conflictos. La rivalidad es algo normal, es una competencia por obtener el cariño de los padres que sin sobrepasar un cierto grado ocurre con normalidad en todas las familias. Las rutinas familiares cambiarán y en los hermanos mayores puede surgir el miedo a lo desconocido.

Debemos tener en cuenta que lo que todos los niños buscan es atención, tanto positiva como negativa. Si no la obtienen de un modo la buscarán de otro. Por tanto, cuando los padres adviertan un mal comportamiento en sus hijos, no deben quedarse en la superficie, han de buscar cuál puede ser la causa del mismo.

A continuación, vamos a explicar qué hacer antes y después del nacimiento, con la idea de evitar o prevenir la aparición de los celos, o bien, de superar los celos una vez el hermano ha nacido.

Antes del nacimiento:

  •  Alrededor del segundo trimestre de embarazo, los padres conjuntamente deben informar al pequeño de la llegada del nuevo miembro a la familia.
  •  Hacer partícipe a su hijo en los preparativos del hermanito: dejarle opinar sobre la nueva habitación y si hay que cambiarle a otra, hacerlo al principio para que no sienta que el bebé le “quita” su dormitorio.
  •  Dejar claro al niño que le quieren mucho, así como al bebé, y que el cariño no va a disminuir cuando vega el nuevo miembro.

Después del nacimiento:

  • Fomentar la cooperación entre los hermanos (en las tareas de la casa, recados, en situaciones de juego…).
  •  Observar y reflexionar sobre las conductas celosas de nuestros hijos y reaccionar sin darles excesiva importancia.
  • Tratar con afecto y atención frecuentes a los hijos para que perciban que son queridos.
  • Favorecer el juego con todos los hijos (para lograr una mayor armonía).
  • Promover un clima de sosiego y tranquilidad en todos los momentos posibles.
  • Analizar entre los adultos las causas posibles de los celos y las distintas soluciones: aprender a soportar pequeñas frustraciones, alegrarse del éxito de los demás, responder con tranquilidad ante situaciones adversas…
  • Conseguir que se acepten las normas de casa de forma democrática. Resulta necesario lograr que se respeten aquellas normas que la unidad familiar estime.
  • Potenciar una relación sana entre los hermanos y reducir las discusiones hasta un nivel aceptable.
  • Ofrecer las ventajas de ser mayor.
  • Hay que evitar la comparación innecesaria entre hermanos. En la comparación siempre sale perdiendo alguien y el niño celoso se siente continuamente despreciado respecto a su hermano.
  • Dejar que los niños solucionen sus problemas entre ellos, con la menor intervención de los padres.
  • Es más importante la calidad que la cantidad de tiempo que se pasa con el hijo mayor.
  • Aunque es difícil, hay que hacer caso omiso de los comportamientos inadecuados provocados por los celos. Es el momento de ser paciente y esperar que poco a poco vaya cediendo en su actitud.

Toda persona necesita mucho afecto, atención, seguridad, comprensión… sea cual sea su edad pero bien, en los niños esto es aún más necesario pues se están desarrollando como seres humanos.

Por esto, ¡preocúpate de que tu hijo se sienta querido, escuchado y valorado! Ese es el mejor regalo que le puedes ofrecer durante toda su vida.

 

Maleni Sánchez Litrán

Psicopedagoga y Educadora Social. Nº colegiado 1275

 

Área de Orientación familiar. Centro Matices.