Al nacer, los bebés vienen dotados de unos movimientos automáticos dirigidos desde el tronco encefálico, son lo que conocemos como reflejos primitivos. Estos reflejos deberían tener una vida limitada y dar paso a los reflejos posturales controlados desde partes superiores del cerebro. Lo que permite un desarrollo neurológico normalizado. Detectar si un reflejo no está integrado nos puede dar pistas sobre la causa de dificultades en los niños, además si hay varios reflejo s no integrados, posiblemente estaríamos ante un retraso en el desarrollo neurológico, para lo que podemos crear un programa de ejercicios personalizado con el objetivo de conseguir integrar estos reflejos no inhibidos. Los reflejos no integrados pueden dar diversos síntomas como son: distracción, problemas de atención y concentración, malas posturas, dificultades de concentración, problemas de aprendizaje, etc…