El autismo es un trastorno del desarrollo que afecta a la forma en que una persona ve y entiende el mundo que le rodea, y es para toda la vida. Se describe como un espectro, ya que afecta a las personas en diferentes grados, sin embargo todas las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA) tienen ciertas dificultades que afectan sus funciones cognitivas con una fuerte influencia afectiva y social, como lo son:

  • Limitada comunicación verbal.
  • Les cuesta interpretar la comunicación no verbal y el lenguaje corporal, el reconocer y comprender los sentimientos y las emociones de otras personas.
  • Expresar y comprender sus propias emociones.
  • La interacción social (como la toma de turnos, hablar sin cesar, entender las reglas, etc.).
  • La imaginación social, encuentran dificultad para predecir las cosas que ocurren fuera de su vida cotidiana y de su rutina. También les cuesta trabajo adivinar el comportamiento y las intenciones de los demás.
  • Le resulta muy difícil cambiar y hacer frente a nuevas situaciones que no le son familiares.
  • Hiper o hiposensibilidad sensorial en alguno o varios sentidos incluyendo el equilibrio (vestibular) y la conciencia del cuerpo (propiocepción).

En las personas con TEA estas dificultades pueden suponer un enorme impacto en el menor y en la familia, representándose de las siguientes formas:  

  • Torpeza motriz y movimientos lentos.
  • Mayor focalización en los detalles que en el conjunto de las cosas.
  • Gusto por la música muy alta, encontrando sin embargo, muy molestos ciertos ruidos.
  • Dificultad para abstraerse del ruido de fondo, derivando en un déficit atención o concentración.
  • Pueden tener un alto umbral de dolor y no decirlo si se encuentran mal, llegando incluso a no ser conscientes del daño, o bien resultarles doloroso un toque ligero, por lo que existe una desproporción respecto a las sensaciones relacionadas con el dolor y con el tacto.
  • Preferencia por ciertos tejidos, ya que algunos pueden resultarles molestos o incómodos, e incluso que no les guste el uso de la ropa en general.
  • Preferencia por alimentos de un determinado color o textura, rechazando otros por la misma razón.
  • Una dieta muy restrictiva o limitada.
  • Los supermercados o lugares similares pueden ser abrumadores debido a la cantidad de olores y ruidos.
  • Pueden confundir la distancia personal adecuada y por tanto permanecer demasiado cerca (o lejos) del otro durante la conversación.

Es importante reconocer las etapas y los cambios fisiológicos en el cuerpo relacionados con estas emociones para saber cómo controlarlas. Las personas con TEA experimentan altos niveles de ansiedad constantemente debido a la falta de predictibilidad en su día a día y es posible que no sepan lidiar con ello. Sin embargo, para la mayoría de nosotros, es fácil reconocer estos cambios físicos cuando nos enfadamos o frustramos, pero a muchos niños con autismo les resulta imposible poder reconocerlos o entenderlos. Si se les enseña de una manera que tenga sentido para ellos, algunos son capaces de aprender a reconocer la frustración, la ira y de esta forma gestionar sus emociones. Los problemas de comunicación pueden manifestarse en respuestas verbales y físicas y puede tener muchas causas, entre ellas la frustración, el miedo y la confusión.

La naturaleza misma del autismo influye directamente en la aparición de conductas cuya comprensión puede suponer un desafío. El hecho de que la comunicación y la interacción social sean confusa y estresante para ellos, puede conducir al enfado y la frustración. Las dificultades en la comprensión y la predicción de las intenciones de los demás, así como en el reconocimiento y expresión de sus propias emociones, pueden aumentar estos sentimientos de ira y frustración. En ocasiones puede parecer que ese enfado no tenga ninguna causa, pero siempre suele haber uno o más factores que lo desencadenan. Estos factores desencadenantes no siempre suceden inmediatamente antes de la explosión.

Debemos proporcionar a los niños y jóvenes con autismo una formación y entrenamiento en relación a la conciencia corporal, procurar un ambiente estructurado y altamente predecible, de manera que puedan comprenderla, como por ejemplo:

Enseñarle técnicas de relajación o ayudarle a comprender las cosas ayudarán a que el niño se calme.

  • A algunos niños les gusta sentir presión física para relajarse.
  • Las técnicas de respiración profunda también son útiles.
  • A otros les alivia el movimiento rítmico.
  • Seleccionar una actividad o un objeto muy motivante.
  • Utilización de elementos gráficos, herramientas visuales.
  • Utilización de un lenguaje sencillo, frases cortas.
  • Estar cerca de él y a su misma altura física facilitara la interacción y el aprendizaje.
  • Otros pueden disfrutar de un tiempo limitado jugando con el ordenador o en internet.
  • Procurar, en la medida posible, un ambiente sin demasiados cambios.
  • Proporcionar información anticipada de lo que va ocurrir.
  • Brindar herramientas que nos facilite “negociar” con las conductas de inflexibilidad para incrementar la realización de actividades funcionales.

“Las formas de liberar los problemas de comunicación, la frustración, el estrés, la ansiedad y la ira, serán diferentes para cada niño con autismo, al igual que sucede con cualquiera de nosotros.” Las personas con trastornos del espectro del autismo TEA con apoyos adecuados mejoran su calidad de vida, necesitan atención integral y especializada en todas las etapas y ámbitos de su vida.